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Metalcova 2018

La Bàscula, Barcelona
Fotos: SimWill66

La asociación cultural Metalcova celebraba el pasado sábado 10 de Noviembre su principal evento, dentro del marco de actividades que lleva a lo largo del año. Tras la exitosa edición 2017 en la sala Nau, la asociación devolvía el festival a la sala que fue una seña de identidad durante años: la Báscula. Cierto es que tiene algunas ventajas, pero en lo estrictamente musical, el público ha perdido mucha calidad. En primer lugar, el sonido no acompañó prácticamente a ningún grupo, o al menos a la altura que se merece. Algún caso fue muy sangrante, como el de Quartz, mezcla de varios factores, todo sea dicho.

En segundo lugar, sufrimos algunos problemas leves durante los tiempos de actuaciones, cosa que no deberían aparecer con un equipo profesional al mando, como fue el caso de la pasada edición. Añadido a esto,  la atención en las barras fue bastante desastrosa, y todos sabemos que en un evento de estos se demanda un buen servicio, o, de lo contrario, se saturará.  Entiendo las buenas intenciones por parte de la asociación intentando volver a un lugar más cómodo para el público, aunque sea a cambio de perder calidad sonora.

En lo referente a lo musical el cartel era, sin lugar a dudas, muy apetecible, aunque una vez finalizado el evento, una parte importante del público no vio colmadas muchas de las expectativas puestas en las bandas. Algunas no tuvieron su mejor noche.

La banda catalana Streamer era la encargada de abrir la tarde. Con un ligero retraso comenzaron y durante los aproximadamente 40 minutos que estuvieron en el escenario, trataron de encandilar al público que poco a poco iba llenando la sala. Su debut Now or Never me parece muy interesante, a pesar de las claras carencias compositivas. El repertorio lo centraron en esta publicación, intercalando algún tema que desconocía (entiendo que perteneciente a publicaciones anteriores a su disco debut). Es importante destacar el hambre que se nota tiene la banda. La actitud demostrada en el escenario es encomiable, siendo un perfecto acompañamiento a su música, y no un arduo intento de esconder carencias musicales. Buen concierto el que presenciamos para abrir la undécima edición de este festival.

Una vez terminado el concierto de Streamer, era el turno de Quartz. Los de Birminghan no tuvieron una actuación muy acertada. Daba la sensación de haberse tomado poco en serio el concierto, o de no ser así, de no haber realizado los ensayos mínimos para ofrecer a su público un concierto de calidad. Si a eso le añades que el sonido no fue bueno, la sensación de no saber lo que se estaba escuchando fue la que invadió al público. Algunos tomaron la decisión de irse antes de la finalización para no seguir sufriendo ese desaguisado.

En lo referente a lo musical, su concierto se basó en un repaso a discos de estudio, interpretando temas como Bloody fool, Mainline riders, Zombie resurrection, Wildfire, Satan’s Serenade, o el emotivo homenaje a Geoff Nicholls en forma de Heaven and Hell. En definitiva, un concierto por debajo de las expectativas, y, también sea dicho, por debajo de las veces anteriores en las que me he cruzado con los británicos. Una lástima.

Para quitar el mal sabor de boca de Quartz aparecieron sobre las tablas sus compatriotas Saracen. Estos no fallan, como si les pones a tocar en una boda. Siempre, absolutamente siempre realizan conciertos excelentes, destacando, sin duda, la prodigiosa voz de Steve Bettney: una de las voces más elegantes de la historia del Heavy Metal.

Con un repertorio centrado, principalmente, en su joya Heroes, Saints & Fools, junto a algún extracto de Change of Heart y Red Sky, hizo, sin duda, un concierto excelente, algo a lo que nos tienen acostumbrados. Pero todo parecía salir mal en la velada barcelonesa, a pesar del duro trabajo realizado por alguno de los socios del club Metalcova. Desconozco los motivos, pero cuando quedaba al menos un tercio del concierto, la banda fue avisada de su finalización en el escenario, por lo que encararon el final con la gloriosa Ready to fly. Una vez terminada, la banda de despidió…hasta que volvió a salir para interpretar la canción homónima de su primer larga duración. Desconozco el origen de este error, pero todo apunta a que no se dio la orden de terminar en el momento adecuado. Una pena, el concierto estaba siendo genial, a pesar de no estar sonando debidamente, y claramente, estaban siendo los triunfadores de la noche.

Cerrando la noche llegaba el turno de los teutones Scanner. No sé si malas lenguas, o quizás buenas, alertaban sobre la llegada con unos humos poco dignos de una asociación sin ánimo de lucro que hace un trabajo brillante. Estoy seguro que estos detalles son explicados a las bandas antes de cerrar sus actuaciones, por lo que no es de recibo tratar a gente así. Mal para un promotor privado, muy mal para un grupo de voluntarios que se deja la piel (y su dinero) para que unos desconocidos tengan una noche de gloria a muchos kilómetros de su casa (donde tampoco son conocidos).

Con un telón digno de situaciones cómicas de Spinal Tap (estoy seguro que también conocían las dimensiones del escenario antes de empaquetarlo de camino a Barcelona), la banda alemana realizó una actuación muy buena, poco acompañada por un set list muy mejorable, tanto en temas interpretados como en el orden de los mismos. Esto último hizo que la dinámica del concierto fuese, por momentos, aburrida, a pesar de la buena ejecución de los mismos.

Creo que la sensación fue la misma que cuando tuve la oportunidad de ver a sus compatriotas Angel Dust unos años atrás: la banda suena de forma contundente, pero si los temas no están a la altura, y tienes una docena de ellos en el tintero que sí lo están, la situación se convierte en una oportunidad perdida. Con esa sensación salí del concierto, y no fui el único. En la ejecución, la banda rinde perfectamente,  siendo bastante fieles a lo grabado en estudio.

En fin, una noche un tanto aciaga que pudo haber sido mucho más apasionante de lo que fue, tristemente ensombrecida por un sonido poco acorde al nivel de las bandas que formaban el cartel, algún que otro desorden organizativo de poca importancia y un recinto que no ofreció los servicios a la altura de las circunstancias. En la parte positiva nos encontramos con un brillante trabajo y esfuerzo por parte de los socios del club, y, un público que respondió masivamente ante la llamada de este gran festival, además de mostrar un comportamiento excelente.
Para finalizar, quisiera agradecer a la asociación el trabajo realizado cada año. No solamente organizan este festival, sino que tienen varias actividades igual de interesantes. Espero que durante muchos años podamos seguir disfrutando del trabajo realizado por Metalcova, el cual es magnífico, y muy profesional.

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