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Soto 24-9-19

Sala Caracol, Madrid

Fa algunes setmanes publicàvem una entrevista amb un dels millors vocalistes de hard-rock de la història, Jeff Scott Soto, en motiu de la sortida d'un nou treball de la seva actual banda Soto. Encara la podeu rescatar en aquest enllaç. Ara era el torn de veure les presentacions en directe i en el nostre cas el nostre home a Madrid ens porta com va anar el concert a la capital espanyola. Com sempre traslladem les seves paraules tal cual, sense filtres ni traduccions per molt que la nostra web sigui en llengua catalana. El primer és el màxim rigor i com que a casa nostra tenim la sort de dominar les dues llengües cal sempre respectar els textos originals.

Difícil noche la vivida el pasado 24 de septiembre en Madrid durante el concierto de SOTO. Digo difícil porque fue una noche de sensaciones encontradas que dudo que sea capaz a reflejar en esta crónica. Una velada en la que lo musical triunfó este enésimo proyecto del gran Jeff Scott Soto, y que lo único que faltó para una noche perfecta fue el público.

En la industria musical no todo son alegrías como muchos miembros de la misma saben. Músicos, promotores, prensa o dueños de salas son conscientes de que no todas las noches se llenan los recintos. Un servidor, como aficionado, lo ha vivido en decenas de ocasiones, pero no por ello deja de entristecerse cuando toca una noche así. Y es que apenas unas 40 personas se daban cita en el comienzo de JD Miller, poco más con Big Clyde y algunas más con las estrellas de la noche. Unas estrellas de la noche, bajo el nombre de SOTO, que dieron una lección en lo musical, demostrando ser una banda compacta, perfectamente rodada durante este periplo europeo, y que estuvo muy por encima de las bandas que abrieron para ellos. Cierto es que eran desconocidas para mí, y que también demostraron ser músicos de nivel, pero eso nunca garantiza que el proyecto publique canciones atractivas.

Los primeros en salir a escena fueron los suecos JD Miller, los cuales practican un AOR hecho con guitarras muy pesadas. Entiendo que la banda quiere inyectar ese toque moderno a unas canciones que pueden sonar a otra época, pero la mezcla no me convenció en absoluto. Una lástima, porque hubo algún tema entretenido, que, de haberse interpretado a la vieja usanza, estaría hablando de una nueva banda de AOR con vistas a entrar, aunque sea de forma discreta, entre los nombres habituales del circuito mayoritariamente sueco.

Los segundos en salir fueron los suizos Big Clyde, los cuales practican un Hard Rock más macarra, con mínimas pero distinguibles influencias de sonidos más pesados del otro lado del Atlántico. Una banda mucho más rodada que la primera, donde destacó su gran cantante Kevin. De la misma forma que la primera, era una banda desconocida para mí y de la cual no puedo aportar mucho más de lo allí acontecido. Bueno, sí. Conectaron mucho más con el público. Supongo que su sonido era más parecido a lo esperado por el respetable, y que la labor de Kevin también ayudó a que se produjera esa reacción.

Pocos minutos antes de la salida de SOTO una buena cantidad de gente entró en la sala. Parecía que la situación cambia radicalmente. Mejoró, sin duda, la asistencia, aunque no pasáramos de llenar media sala. Le he dado mil vueltas a la cabeza tratando de analizar los motivos y se me ocurren varios. Algunos obvios, como que un martes por la noche no es el mejor día para un concierto. La saturación de los mismos o los elevados precios de algunas entradas también influye (no era el caso, más cuando salió alguna remesa en cierto portal de ofertas). Pero sin duda, bajo mi punto de vista, y tras comprobar la reacción del público en cada tema, creo que este proyecto no termina de gustar al fan clásico de Jeff Scott Soto. La calidad de todos los músicos que lleva en indudable. Esa misma afirmación se puede aplicar a las canciones. Quizás esto solo sea motivo de un cambio generacional. A los más veteranos no les aparece escuchar sonidos más modernos y pesados, y los más jóvenes desconocen la carrera melódica de Jeff en los mil proyectos en los que ha colaborado. También es cierto que hablo de una noche: desconozco cómo ha funcionado esta gira a lo largo de las diecinueve fechas que han hecho en Europa.

Centrándome en lo musical, el concierto arrancaba con Hypermania, la canción que abre el último disco de SOTO titulado Origami. Continuaron con Freakshow y 21st Century, dejando clara la apuesta por este proyecto. Caerían canciones del pasado, pero el producto a vender era otro. Drowning fue el primer tema elegido fuera del proyecto SOTO, siendo recibido con gran alegría por parte de los asistentes. Esa alegría contagió el recibimiento de Wrath y Weight of the World, que dieron paso a un nuevo tema de Jeff Scott Soto: Soul Divine, que sonó excelente. Tras ella vuelta al proyecto con The Fall y llegó, sin duda, uno de los momentos más mágicos de la noche. Hablo del medley de W.E.T. Watch the Fire, Learn to Live Again y One Love formaron un medley de pura magia, que puso los pelos como escarpias a los asistentes, y que dejó patente qué es lo que quiere el público. Seguro que una gira de W.E.T. conseguiría grandes resultados. Ojalá en un futuro pueda escribir sobre ello.

Se acercaba el final del concierto, pero antes de ello había quedaba rato para presentar dos temas de ese buen disco que es Origami: la homónima y Detonate. Creo que muchos de los allí presentes sabían que ya solo quedaban temas de la época que deseaban escuchar, por lo que se recibió con los brazos abiertos a la primera canción en sonar: Eyes of Love, con lo que se daba por finalizado el repertorio de Jeff Scott Soto, y las versiones de Frozen y Crazy. El concierto remontaba de forma exponencial a medida que se acercaba su final. Un final, previo a los bises, en el que se recordó a Talisman, con la archiconocida I'll Be Waiting y que el bueno de Jeff llegó a cantar sin ayuda del micrófono aprovechando el potencial vocal del que dispone. Después de los correspondientes juegos con el público para que ayudara cantando el estribillo, la banda se retiraba del escenario para volver rápidamente (se agradece un martes por la noche). El primer bis fue Livin' the Life de ese proyecto ficticio llamado Steel Dragon, la cual sonó directa y potente. Fue el mejor momento de la noche. Para el segundo bis quedaba la también archiconocida Stand Up, donde colaboraron a las voces los cantantes de Big Clyde y JD Miller.

De esta forma el concierto llegaba a su fin dejando las sensaciones comentadas previamente. La positiva, lo visto encima de las tablas, que no es otra cosa que una banda de músicos excelentes liderada por uno de los mejores cantantes de la historia del Hard Rock. La negativa, la falta de público. Esperemos que el bueno de Jeff regrese pronto a nuestros escenarios, y por pedir, que sea con alguno de los proyectos más demandados. Seguro que de esa forma conseguirá llenar el recinto donde actúe.

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